El concepto de inconsciente emergió a finales del siglo XIX con Freud y el psicoanálisis, revolucionando la psicología en sus inicios como ciencia, al postular que gran parte de la conducta humana se rige por fuerzas ocultas (deseos reprimidos, traumas).
Sus teorías provocaron el desarrollo de la psicología como terapia y fueron extremadamente influyentes en la investigación y educación de las décadas posteriores.
Ejemplos del análisis del inconsciente son la interpretación de sueños, el test de Rorschard, hipnosis y el dibujo libre, entre otros.
Sin embargo, hacia mediados del siglo XX, el estudio del inconsciente comenzó a ser duramente criticado por su falta de rigor científico (en especial, su no falsabilidad), un elevado dogmatismo y el auge de otras escuelas mucho más cercanas a los métodos científicos tradicionales, entre las que destaca el conductismo (estudio experimental de la conducta).
En la actualidad, el estudio del inconsciente está presente en algunas terapias e investigaciones, pero es generalmente minoritario.